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Se nos llena la boca con la palabra «amor» pero, por andar tan confundidos, lo que encontramos en realidad es desilusión, dolor, inseguridad, frustración…

Otros, como Manuel Almendro, sin hablar tanto, dedican su vida a procurar apoyo, sanación, liberación y crecimiento a los que sufren y los que necesitan. Se dedican con altruismo y integridad.

Mi gratitud a Manuel, Teresa y a todos los que me acompañaron en el proceso tan hermoso y sanador de Crisol.

Gracias por servir y manifestar lo mas bello y lo mas grande que hay en este mundo y mas allá.

Marie Delattre, Francia.

 

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